ESTÁNDARES DE EDUCACIÓN RELIGIOSA: PRIMERA TAREA: HUMANIZAR LA EDUCACIÓN. LA DISCRIMINACIÓN ES NOCIVA EN CUALQUIER PROCESO.
Los maestros deben ser creativos e innovadores y recurrir a la alegría y a la sensibilidad como punto de partida. Padre Francisco Mejía – Departamento de educación y cultura de la Conferencia Episcopal
El docente tiene el compromiso de
responder a las nuevas necesidades del
mundo moderno y que si bien hay muchas ayudas tecnológicas, se hace necesario
reconocer que la labor de educar es un proceso antropológico, que implica el afán
de encontrar el equilibrio entre lo acabado con lo inacabado, lo que está hecho
y lo que está por hacer, como parte de las dinámicas de la vida y como
paradigma de la educación, en un mundo donde el cambio, la transformación y el
avasallamiento, es la constante.
El estudiante es el centro del proceso
educativo, y su formación religiosa, debe estar conectada a sus características
contextuales, a su arraigo, sus creencias y su cosmovisión.
El PEI como proyecto educativo global, es
un documento que comprende y transforma la realidad de la comunidad, debe reconocer en la ERE (educación religiosa) un proceso
revolucionario, integrador y trascendente; que vincule por su puesto todos los
aspectos de la educación; sin olvidar un aspecto fundamental y es que la educación
debe ser un proceso que haga sentir feliz a quienes hacen parte del mismo,
que la ayude a encontrar felicidad y propósito, que la quiera hacer sentir
ocupada y comprometida con la mejora de su entorno.
En catequesis se evidencia
analfabetismo religioso por parte de las comunidades, los padres no han formado
en espiritualidad a sus familias y por ello hay que iniciar de cero esa
formación; pero la educación religiosa no es catequesis, la formación sobre
religión está enfocada en la espiritualidad y en su transversalización con
el contexto y desde este con la globalidad;
se debe comprender la cosmovisión de las comunidades, se debe reconocer la
universalización de la espiritualidad; la discriminación
es nociva para cualquier proceso.
En la educación, como pacto educativo global, no
se puede olvidar educar desde la sensibilidad artística y corpórea. La
educación religiosa debe responder igualmente a la necesidad de comprenderse como
un proceso emancipador, en el cual el proyecto personal es el eje articulador y
donde por supuesto debe estar presente la alegría, a través de la interacción,
el canto, la danza, y porque no (a esto hay que darle la cara) la producción de
contenido digital (como nueva necesidad del nativo digital); la educación
religiosa no puede ser una camisa de fuerza o un conjunto de estrictas normas;
porque su finalidad educativa más
importante es la emancipación y desde esta la transformación del
entorno.
La educación también debe ser
reconocida como fenómeno comunicativo, en tanto que va más allá de un cúmulo de
conocimiento, para convertirse en un proceso en el cual los saberes van de un
lado a otro y en ese trasegar se robustecen así mismos, generando nuevos constructos
entre los participantes.
En la educación religiosa se debe hacer
énfasis en dos pilares: el primero de ellos es la fe, manifestada como
confianza y la segunda la entrega, que se traduce en que si confío, me entrego,
entiendo que se está realizando una transformación de la propia conciencia y de
la capacidad de ver el mundo de forma diferente.
La capacidad de trascender y de vivir
el misterio favorece la felicidad del ser humano y su capacidad de respetar la
propia vida y la de los demás. No se puede hablar de educación católica sin
hablar de humanidad, Primera tarea: Humanizar la educación, la educación debe estar centrada
en la empatía y debe ser generadora de esperanza, como un dar crecer, que busca
la belleza, la bondad y la humanidad en el otro.
Las instituciones educativas deben
propender por la transcendencia del ser humano, y por tanto del reconocimiento
de ese ser humano como parte de una humanidad, que cada día avanza más pero que
siempre tendrá necesidades y donde se hace cada vez más urgente la cultura del
diálogo, como terapia desde el lenguaje. (Encuentro y revalorización de la
diversidad) en este caso revalorización de la diversidad religiosa y
espiritual. Igualmente,
La educación religiosa debe propender por el respeto del medio ambiente y del
buen uso de los medios digitales
La
fe no puede ser impuesta, puede ser despertada, pero desde el tacto y desde la
capacidad de escuchar, la educación religiosa ERE no es catequesis, está última
es un proceso espiritual para quien desea hacerlo. La construcción del ser
implica un diálogo íntimo entre los sujetos de la educación desde las
dimensiones Curricular, Sociocultural, Epistemológico, Pedagógico; es
importante educar a los estudiantes desde procesos de diálogo que fortalezcan su sensación de seguridad
personal.
Los
maestros tienen la responsabilidad de capacitarse constantemente para mejorar sus
procesos educativos, los cuales muchas veces están completamente descontextualizados;
los maestros hablan a grupos que no existen o a grupos que no comprenden de que
de esta hablando.
Todos
caben… la educación religiosa va más allá de espere en el salón mientras los
demás participan del rito.
Tomado de:
Proceso de formación docentes ERE denominado: la pedagogía de Jesús: Vocación del maestro. Diócesis de Granada.
Recopilado por:
Daniel León Sánchez
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